lunes, 27 de septiembre de 2010

CUANDO TE CASAS CON ALGUIEN QUE NO ES UN CRISTIANO. D. Blackford


 El siguiente es un estudio de D. Blackford sofre el tema a la luz de las escrituras, conciso y certero.

      "Recientemente una señorita me pidió un consejo para una amiga. Me fue requerido con profundo interés por la condición de otra Cristiana. La amiga se había casado con alguien que no era un Cristiano. El tenía una disposición amarga, abusaba verbalmente de ella y de sus hijos, y desafortunadamente la única parte de la Biblia que ella había sido capaz de enseñarle era Efesios 5:22. Este verso dice que las esposas deben someterse a sus maridos, él tomó ventaja de la situación y frecuentemente le requería que hiciera tareas sin sentido, solo para probarle que ella estaba en sujeción. Yo deseaba poder decirle a ella que tenía todas las respuestas que su amiga estaba necesitando y que era capaz para darle algún muy sabio consejo, el cual traería la solución completa a los problemas, pero no puedo. ALGUNAS ADVERTENCIAS Yo reconozco que no estamos viviendo bajo la ley de Moisés, pero esta ley fue escrita para nuestra instrucción (Rom.15:24). Bajo la ley Mosaica, Dios estrictamente prohibió a su pueblo casarse con miembros de pueblos paganos (Deut.7:3-4). Salomón se casó con esposas paganas y ellas apartaron su corazón de Dios para servir a los ídolos. Dios castigó a Salomón por casarse con mujeres extranjeras (1 Rey.11:1-13). Problemas similares han sido encontrados entre los Cristianos que se han casado con aquellos que no lo son. Si ellos pierden la fe sería imposible agradar a Dios (Heb.11:6). Bajo las condiciones mas favorables la vida Cristiana puede ser difícil, Entonces, ¿Por qué incluir a alguien que hará mas difícil para ti ser un fiel Cristiano (a) ante aquel que murió para salvarte y traerte felicidad eterna?.  El problema es que, mientras el hombre y la mujer se cortejan en el noviazgo, nosotros a menudo indicamos que amamos mas al prometido (a) que al Señor. Muchísimos en el pueblo de Dios han sido apartados por compañías sectarias o compañías que no reclaman nada religiosamente. Por favor considere algunas verdades de la Biblia que pueden estar relacionadas a semejante matrimonio “¿andarán dos juntos si no estuvieren de acuerdo?” (Amós 3:3). “Toda casa dividida contra si misma no permanecerá” (Mat.12:25) “Todo lo que el hombre sembraré, eso también segará” (Gal.6:7).
  LO QUE PUEDE SUCEDER
  Por favor considere lo siguiente mientras brevemente discutimos cada punto. 
     Cuando usted se casa con una Esposa que no es Cristiana:
1. Podría ser mas difícil que practique la Hospitalidad. Aunque la hospitalidad no esta limitada a tener personas para una comida, eso ha sido siempre una de las mejores formas para practicarla. Sin la cooperación de ella, tú habilidad para lograr este objetivo estará grandemente limitado.
2. Podría reprochar y debilitar tus convicciones. Esto sucedió con Salomón (Jue.16:16). Tú no podrás notarlo mientras sucede a través de los años, pero como dice un viejo dicho: “Goteras continuas de agua agujeran la piedra”. Te podrías volver desanimado y comprometer tus creencias.
3. Podrías no tener ayuda con los hijos. Si tú como padre estas intentando criar a tus hijos “en la disciplina y amonestación del Señor” (Efe.6:4). Tú podrías no tener su cooperación para lograr que ellos se preparen para el estudio Bíblico.
4. Podrías ser ridiculizado. Solamente una persona que no comparte tú fe puede hacer mucho de esto, y si tú te defiendes, podrías decir algunas cosas que serán usadas en tu contra (Ef.4:26-27,29).
5. Podrías descuidar la enseñanza positiva de los hijos. No siendo ella una Cristiana, ella no podrá ver la necesidad de inculcarles los valores correctos. Yo he conocido esposas que traicionan a sus maridos y trabajan contra sus valores detrás de sus espaldas.
6. Podría permitir que los hijos hicieran cosas que tú no aprobarías. Finalmente, una madre esta con los hijos mas que el padre. ¿Qué si ella permite esto? Tú no podrás divorciarte de ella porque este motivo no tiene fundamento Escritural para el divorcio (Mat.19:9).
7. Podría poner un mal ejemplo. ¿Cómo podrías enseñarle a tus hijos que su madre esta equivocada sin que esto provoque una aflicción y hostilidad?.
8. Podría amenazar con dejarte. Si ella te deja con tus hijos, tú tendrás responsabilidades incrementadas que podrían ser extremadamente difíciles para solucionar. Y por lo tanto, sin la ayuda de tu cónyuge podrías tener mas dificultad para lograr pasar mas tiempo con tus hijos y de esta manera, habrás perdido tú oportunidad para encaminarlos en la senda de la justicia. En cualquier caso si ella te abandona, esto no será una causa de divorcio y segundas nupcias (Vea 1 Cor.7:10-11; Mat.5:32;19:9).
8. Podría negarte los privilegios sexuales. Si tu eres un varón, normalmente esto te pude poner en una situación extremadamente frustrante  (1 Cor.7:3-5).
 Si Tú Te Casas Con Un Marido Que No Es Un Cristiano:
1. Podrías ser acosada para no asistir a los servicios de adoración y poner a Dios primero en tu vida. Esto puede convertir cada vez la hora de asistir a los servicios en algo temido, difícil y totalmente frustrante. La adoración pude convertirse en algo sin valor para ti mientras te vuelves mas y mas desanimada.
2. Podrías ser dejada sin transportación para asistir a los servicios. Esto pude causar vergüenza para los que detestamos estar dependientes de otras personas y para aquellos que conocen nuestra situación y podrías ser forzada a no asistir a los servicios.
3. Podrías ser dejada sin recursos para ofrendar. El Señor quiere que ofrendes según hayas prosperado (1 Cor.16:2; 2 Cor.9:7). Y tú debes hacerlo dentro de tu propio poder para obedecer. Tú podrías ser forzada a vivir dentro de un prosupuesto apretado, reducir pequeños gastos, etc.
4. Podría usar lenguaje profano, pornografía, alcohol y drogas ante ti y tus hijos ¿Podrás detenerlo?.
5. Podría amenazar con dejarte, forzándote a tomar una decisión y luego a echarte la culpa por el resultado (1 Cor.7:16)
6. Podría abusar de ti físicamente. No hay una forma fácil para tratar con esto.
7. Podría decirte cosas ofensivas acerca de las personas de la Iglesia. Esto puede ocasionar un desacuerdo real. Podría ver algunos en la Congregación que no son lo que deberían ser (1 Ped.3:16). Y tú podrías estar en el dilema de intentar defender al hermano que no necesita defensa o defender a tu marido!.
8. Podría forzarte a ser cosas humillantes solo para probar que tu estas bajo su sujeción. Esto puede causarte perder el respeto por ti misma.
9. Podría ser difícil que practicarás la hospitalidad. Si él tiene algunas de las cosas mencionadas antes, será probable prohibirte que un hermano o hermana vengan a tú casa!."

viernes, 24 de septiembre de 2010

La Biblia de estudio MacArthur, Muestra de notas y comentarios sobre 1P 3:19-20

Para ilustrar la calidad de las notas y comentarios de la Biblia de Estudio MacArthur, expongo literalmente el comentario que figura sobre Primera de Pedro 3:19-20. La elección de este pasaje en particular se debe a que 1Pedro 3:18-22 es uno de los pasajes más difíciles del Nuevo Testamento, tanto de traducir como de interpretar.

en el cual también fue (Jesucristo) y predicó a los espíritus encarcelados, los que en otro tiempo desobedecieron, cuando una vez esperaba la paciencia de Dios en los días de Noé, mientras se preparaba el arca, en la cual pocas personas, es decir, ocho, fueron salvadas por agua.” (1 P. 3:19-20)

3:19 predicó. Entre la muerte y resurrección de Cristo, su espíritu viviente fue a los espíritus diabólicos que estaban encadenados en el abismo y proclamó que aun en su muerte, Él había triunfado sobre ellos (vea las notas sobre Col. 2:14-15). Espíritus encarcelados. Esto se refiere a ángeles caídos o demonios que han permanecido atados debido a su maldad y perversión. Los demonios que no están atados de esa manera se resisten al cumplimiento de esa sentencia (cp. Lc. 8:31). Al final de todo, todos ellos serán enviados al lago eterno de fuego (Mt. 25:41; Ap. 20:10).

3:20 desobedecieron… en los días de Noé. Pedro explica que el abismo es habitado por demonios atados que han estado allí desde el tiempo de Noé y que fueron enviados allí porque con su maldad transgredieron de forma inicua y severa los límites de la tolerancia de Dios. Los demonios del tiempo de Noé se dedicaron a esparcir perversión y alboroto en toda la tierra, al punto de llenar el mundo con sus actividades degeneradas y viles que se oponían a la voluntad de Dios, lo cual incluyó pecados sexuales de todo tipo. Tan fue así, que ni siquiera ciento veinte años en los que Noé predicó mientras el arca era construida, pudieron convencer a un solo ser humano fuera de las ocho personas en la familia de Noé para creer en Dios (vea las notas sobre 2P. 2:4; Jud. 6, 7; cp. Gn. 6:1-8). Por esa razón, Dios encarceló a estos demonios y los confinó al abismo hasta su condenación final. Salvadas por agua. Habían sido rescatados a pesar del agua y no debido al agua. Aquí el agua fue el agente del juicio de Dios y no el medio de salvación (vea la nota sobre Hch. 2:38).

Biblia de Estudio Macarthur (ed. 2004), página 1799.

martes, 14 de septiembre de 2010

LA BIBLIA DE ESTUDIO MACARTHUR , UNA EXCELENTE BIBLIA EXEGÉTICA


Hermano A: “Estoy muy motivado por estudiar teología”
Hermano B: “Sabes Hermano A, siento pena por ti”

Por irrisorio que parezca, el diálogo ahí expuesto fue verídico, y lo más indignante es que quien daba semejante respuesta se jactaba de ello presumiendo "espiritualidad".
La palabra teología proviene del griego Teos = Dios y logos= conocimiento. Por tanto la teología no es otra cosa que la ciencia que trata de Dios. El teólogo es entonces aquel que “estudia” a Dios, o sea que busca conocerlo y comprenderlo mediante Las Santas Escrituras haciendo uso de las herramientas intelectuales que estén a su disposición. Bajo esta definición todo Cristiano verdadero es un teólogo, es alguien que busca día a día impregnar su mente y ser con la sabiduría divina revelada en la Biblia. La fe cristiana está arraigada en la persona real e histórica de Jesucristo y en su resurrección, no es por tanto una superstición ni un asentimiento ciego sin fundamento lógico, por ello las mismas escrituras demandan nuestro diligente escudriñamiento de las mismas.  Pedro, un pescador, un hombre si letras, un hombre que tuvo grandes “experiencias” con Cristo nos dice: “vosotros también, poniendo toda diligencia por esto mismo, añadid a vuestra fe virtud; a la virtud, conocimiento2P 1:5.

 ¿Cómo crecemos en conocimiento? Alguien alguna vez me dijo: “me he comprado una biblia de estudio muy completa, aunque sé que en parte esto que hice es pereza”. “¿Pereza?!” Le contesté, “Todo lo contrario, pereza sería si usted no hiciera nada por tratar de profundizar en las escrituras y se quedara sentado esperando que un ángel del cielo baje a revelarle todo”. Para crecer en el conocimiento de Dios es necesario que nosotros aprovechemos todo lo bueno que esté a nuestro alcance y disposición para el estudio bíblico. En este contexto una Biblia de excelencia para tal labor es la “Biblia de Estudio MacArthur”.

 El Dr. John MacArthur, norteamericano, es un reconocido Pastor, teólogo con estudios formales y maestro de las sagradas escrituras, protestante hijo de una quinta generación de Pastores y con más de 40 años de ministerio evangelístico, presidente de The Master’s Seminary y The Master’s College, fiel a la teología de la reforma protestante, defensor de la necesidad de santificación del los creyentes y con un punto de vista premilenial de la segunda venida de Cristo, en resumen uno de los más destacados e influyentes maestros cristianos contemporáneos. Su biblia de estudio (texto en Reina-Valera 1960) se caracteriza por tener más de 20 mil notas, en casi todos los versículos bíblicos pertinentes, y más que hacer comentarios de apreciación personal, lo que busca es la limpia exégesis del escrito, haciendo entendible el significado aún de los pasajes más difíciles.

En palabras del mismo Pastor MacArthur: “¿Por qué escribir una Biblia de estudio? La respuesta a esa pregunta la encontramos en una conversación entre Felipe y un etíope registrada en Hechos 8: 30-31:
                Acudiendo Felipe, le oyó que leía al profeta Isaías, y dijo: Pero ¿entiendes lo que lees? El dijo: ¿Y cómo podré si alguno no me enseñare? Y rogó a Felipe que subiese y se sentara con él.

Así como Felipe le explicó al eunuco así también yo quiero sentarme con usted y explicarle las Escrituras. Esta Biblia de estudio  me permite tener esa oportunidad.”

Además de la gigantesca cantidad de notas posee entre otras características: Introducción a cada libro de la Biblia, mapas, índice temático, etc. No puedo dejar de recomendar a mis amigos lectores tan excelente material, disponible en su librería cristiana, sin duda indispensable para todo enseñador, profesor, predicador responsables de la Palabra de Dios y para todo hijo o hija de Dios que anhele asesoramiento y una mejor comprensión de la Biblia.

Escudriñad las Escrituras; porque a vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí.” (Juan 5: 39)
_________________________________________________________
“La Biblia de estudio MacArthur es la obra maestra de una mente sujeta por completo a las Sagradas Escrituras, y de un corazón que tiembla ante la Palabra de Dios. Es en pocas palabras la Biblia de estudio más selecta que existe”
R. Kent Hughes, pastor de la College Church Wheaton, Illinois.

“La Biblia de estudio  MacArthur es un Tesoro de erudición y sapiencia para el estudiante serio de la Palabra de Dios y también para el creyente nuevo. Puedo anticipar que la usaré bastante en mi propio estudio personal”.
Dr. Adrian Rogers, pastor de la Iglesia Bautista Bellevue de Memphis, Tennessee.

“La Biblia de estudio MacArthur representa uno de los recursos más estratégicos que tenemos a disposición en la actualidad para el cristiano que quiera nutrirse con el alimento sólido de la palabra. Ayudará a todo cristiano a entender y aplicar en su vida diaria la Palabra de Dios y su autoridad. Este libro refleja lo mejor de John MacArthur”.
Dr. Tony Evans, pastor de la Comunidad Bíblica Oak Cliff de Dallas, Texas.

sábado, 11 de septiembre de 2010

Septiembre Mes de la Biblia: Preguntas para la enseñanza III parte

  
   1.-   ¿Por qué la Biblia se divide en “Antiguo” y “Nuevo” Testamento?

La palabra “Pacto” puede tener dos connotaciones dependiendo de las partes involucradas. Comúnmente significa “acuerdo” o “contrato” entre dos hombres, naciones o entidades. Corresponde así al “trato” hecho entre dos partes que están en igualdad de condiciones uno con respecto a otro, el cual contiene obligaciones, deberes, privilegios y sanciones.Ejemplos de esto en la escritura lo tenemos en la “alianza” que deseaban hacer los gabaonitas con Josué (Jos. 9:6), el “pacto” prohibido entre los habitantes de Canaán y los israelitas (Jue. 2:2), el "pacto” entre David y Jonatán (1S. 23:18).No obstante, la distancia entre Dios santísimo y el hombre pecador es tan inmensa que es imposible una relación o “acuerdo” entre ambos de igual a igual. Por ello, le ha placido al Señor relacionarse con el hombre a través de “Pactos”, dos a saber: El antiguo Pacto y el Nuevo Pacto. Y cuando se trata de los pactos de Dios con el hombre, la palabra “pacto” tiene una connotación muy distinta a la de un simple “acuerdo”, sino que más bien significa “Testamento”, porque las disposiciones de un testamento son establecidas por una persona (en este caso Dios) de manera absoluta y soberana, sin el consejo de nadie, o sea es totalmente unilateral, y el hombre es simplemente el receptor, quien como un vasallo ante el rey, se inclina, baja la mirada y se somete a las disposiciones de su amo y señor. Dijo un erudito: “Un pacto es un símbolo de la gracia que Dios sitúa entre sí mismo, que es quien la ofrece, y el hombre, que es quien la recibe”. “Lo propio de Dios es dar, y lo propio del hombre es recibir”. La palabra “Testamento”, resume en sí misma la deuda y el deber que tenemos para con Dios. Estamos en “deuda” porque nuestra nueva relación con Dios es debida a la aproximación de Dios y no a nada que nosotros pudiéramos haber hecho. Tenemos un “deber” porque hemos de aceptar las condiciones de amor, fe y obediencia impuestas por Dios, y no podemos alterarlas. En consecuencia, las divisiones de la Biblia en “Antiguo” y “Nuevo” Testamento dan cuenta de las dos formas en que Dios ha tratado con el hombre en la historia; primero: mediante el pacto de obras (Antiguo pacto), y luego, mediante el pacto de gracia (Nuevo Pacto). ¿Cuáles son sus principales características?

1.       PUNTOS DE SEMEJANZA: Los dos pactos concuerdan en cuanto:
(a)    Al autor: Dios es el autor de los dos; únicamente Dios pudo establecer pactos como estos.
(b)   Las partes contratantes: que en los dos casos son Dios y el hombre.
(c)    La forma externa: es decir, condición y promesa.
(d)   Los contenidos de la promesa: que en ambos casos es la vida eterna.
(e)   El propósito general: Que es la exaltación de la Gloria de Dios.

2.       PUNTOS DE DIFERENCIA:
(a)    En el pacto de obras Dios se presenta como Creador y Señor; en el pacto de gracia, como Redentor y Padre. El establecimiento del primero fue impulsado por el amor y la benevolencia de Dios; el del último, por su misericordia y gracia especial.
(b)   En el pacto de obras el hombre aparece simplemente como criatura de Dios rectamente relacionada con su Dios; en el pacto de gracia aparece como pecador que ha pervertido sus caminos y que puede presentarse únicamente como una parte en Cristo, el Fiador. Consecuentemente, no hay mediador en el primero, en tanto que sí lo hay en el último.
(c)    El pacto de obras estaba sujeto a la eventualidad de la obediencia incierta de un hombre cambiable, en tanto que el pacto de gracia descansa sobre la obediencia de Cristo como Mediador, obediencia que es absoluta y segura.
(d)   En el pacto de obras la obediencia a la ley es el camino de la vida; en el pacto de gracia, ese camino es la fe en Jesucristo. La Fe que se requería en el pacto de obras era una parte de la justicia de la ley; en el pacto de gracia, en cambio, la Fe es únicamente el órgano por medio del cual tomamos posesión de la gracia de Dios en Jesucristo.
(e)   El pacto de obras era conocido en parte por la naturaleza, puesto que toda la creación da cuenta de la existencia de Dios; pero el pacto de gracia se conoce exclusivamente por medio de una revelación especial positiva.

El antiguo pacto está abolido, como se expresa enfáticamente en Hebreos capítulo 8, donde leemos: “Al decir: Nuevo pacto, ha dado por viejo al primero; y lo que se da por viejo y se envejece, está próximo a desaparecer.” (v.13).

El establecimiento del pacto de gracia fue profetizado por Jeremías (capítulo 31): “Pero este es el pacto que haré con la casa de Israel después de aquellos días, dice Jehová: Daré mi ley en su mente, y la escribiré en su corazón, y yo seré a ellos por Dios, y ellos me serán por pueblo. Y no enseñará más ninguno a su prójimo, ni ninguno a su hermano, diciendo: Conoce a Jehová; porque todos me conocerán, desde el más pequeño de ellos hasta el más grande, dice Jehová; porque perdonaré la maldad de ellos, y no me acordaré más de su pecado.” (Jer. 31: 32-33). Y luego en el capítulo 32 leemos: “Y haré con ellos pacto eterno, que no me volveré atrás de hacerles bien, y pondré mi temor en el corazón de ellos, para que no se aparten de mí. Y me alegraré con ellos haciéndoles bien, y los plantaré en esta tierra en verdad, de todo mi corazón y de toda mi alma.” (Jer. 32: 40-41).

¿Qué marcó la transición entre un pacto y otro? Sin duda la venida de nuestro Señor Jesucristo, quien cumplió a cabalidad la ley de Dios: “No penséis que he venido para abrogar la ley o los profetas, no he venido para abrogar, sino para cumplir” (Mat.5:17).Fue el propio Jesucristo quien marca el inicio de esta nueva dispensación de la gracia de Dios en la última cena al levantar la copa de vino y decir: “porque esto es mi sangre del nuevo pacto, que por muchos es derramada para remisión de los pecados.” (Mat. 26:28).

Nosotros nacimos y vivimos en el pacto de gracia, “un mejor pacto, establecido sobre mejores promesas” (Heb.8:6). Un pacto que selló Jesucristo con su propia sangre, no para salvar a “todos”, sino a “muchos”, valoremos el privilegio, y la honra inmerecida de estar entre los elegidos por Dios, entre los depositarios de su gracia y misericordia, y no entre los que recibirán la ira y juicio venideros: “Mi escudo está en Dios, que salva a los rectos de corazón. Dios es juez justo, y Dios está airado contra el impío todos los días” (Sal. 7:10-11). “visito la maldad de los padres sobre los hijos hasta la tercera y cuarta generación de los que me aborrecen, y hago misericordia a millares, a los que me aman y guardan mis mandamientos” (Exo. 20:5-6).

2.-   Oración para la meditación personal en este mes de la Biblia:

Señor Dios todopoderoso, soberano y excelso, bendíceme a través de la constante y deleitosa lectura de tu palabra, abre mi entendimiento para comprender tu palabra, hazme diligente en su escudriñamiento diario, impregna mi mente de tu santa doctrina, para conocerte más de cerca y que todas mis acciones reflejen así tu justicia, y para que mis palabras tengan siempre sabiduría. Que todo, sin embargo, sea para tu adoración, tu gloria, y el engrandecimiento de tu reino. Amén.

-----------------


Y éstos eran más nobles que los que estaban en Tesalónica, pues recibieron la palabra con toda solicitud, escudriñando cada día las Escrituras para ver si estas cosas eran así.” (Hch. 17:11)

Y amarás a Jehová tu Dios de todo tu corazón,  y de toda tu alma,  y con todas tus fuerzas.
Y estas palabras que yo te mando hoy,  estarán sobre tu corazón; y las repetirás a tus hijos,  y hablarás de ellas estando en tu casa,  y andando por el camino,  y al acostarte,  y cuando te levantes. Y las atarás como una señal en tu mano,  y estarán como frontales entre tus ojos; y las escribirás en los postes de tu casa,  y en tus puertas.” (Deu. 6:5-9).

viernes, 10 de septiembre de 2010

¿Cómo Sabemos que somos salvos? ¿Ha nacido usted de nuevo?

Vivimos en tiempos peligrosos, el enemigo de nuestra alma de una u otra forma busca los medios para mermar en nosotros la confianza plena que debemos tener en nuestro amado Dios. En Jesucristo estamos completos y no necesitamos más (Léase Col. 2.8-10), sin embargo esta clara enseñanza bíblica es desconocida por muchos, y los falsos maestros la contradicen, argumentando que para ser un cristiano verdadero y completo es necesario algo más, algo más aparte de Jesucristo y su obra redentora en el corazón del hombre, una experiencia sobrenatural, un nuevo bautismo, una nueva revelación, hablar en lenguas. “Experimentar”, “sentir”, “vivir” son palabras típicas usadas en este contexto, en contraposición a la sencilla enseñanza de Jesús: “conocer”: Juan 17:3  “Y esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado”. La búsqueda de estas experiencias “místicas” solo lleva al desgaste, la frustración y la inevitable merma en nuestra certeza que Dios nos escucha, y, en el peor de los casos, a la exaltación desmesurada e imprudente de nuestras emociones, llevándolas a un nivel cuasi-extático. ¿Cómo sabe usted que es verdaderamente salvo? ¿en qué se fundamenta su esperanza y seguridad? ¿en solo una emoción, un sentimiento, una experiencia irracional? La palabra de Dios nos dice: Rom 8:16  “El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios.” 1Jn 2:3  “Y en esto sabemos que nosotros le conocemos, si guardamos sus mandamientos.” 1Jn 3:24  “Y el que guarda sus mandamientos, permanece en Dios, y Dios en él. Y en esto sabemos que él permanece en nosotros, por el Espíritu que nos ha dado.
Dios ha depositado su Espíritu dentro de nosotros desde el momento en que el nos rescató y nos hizo nacer de nuevo. Si para que Adán tuviese vida Dios sopló su Espíritu en Él, así también en nosotros, necesariamente, cuando volvimos a nacer fue porque El Dios Todopoderoso sopló en nosotros su Santo Espíritu, y de ese momento nueva criatura fuimos en Cristo Jesús.
Le invito a que se examine a la luz de la Palabra del Señor en la siguiente exposición que J. C. Ryle hace sobre la primera carta de Juan, después de ello no debería dudar al responder si alguien le pregunta “¿ha nacido usted de nuevo?” “¿Eres salvo?”.--
--Jesucristo dijo, “El que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios” (Juan 3:3). Esta es una de las cuestiones más importantes en la vida de todo ser humano. No es suficiente responder “Soy miembro de una iglesia; supongo que soy cristiano”. Miles de cristianos nominales no muestran señal alguna de haber nacido de nuevo, las cuales se mencionan en las Sagradas Escrituras, principalmente en la Primera Epístola de Juan.
 
1.       No practica el pecado
En primer lugar, el apóstol Juan escribió: “Todo aquel que es nacido de Dios no comete pecado” (1 Juan 3:9). “Todo aquel que ha nacido de Dios no practica el pecado” (5:18).
 
Aquella persona que ha nacido de nuevo, que ha sido regenerada, habitualmente no comete pecado. No exhibe una inclinación total hacia el pecado. Probablemente hubo algún tiempo en que dicha persona no se detenía a pensar si sus acciones eran pecaminosas o no, y no siempre sentía aflicción tras hacer el mal. No había una lucha entre el y el pecado; ambos eran amigos. Pero un verdadero cristiano odia el pecado, huye de el, lucha en su contra, lo considera su mayor calamidad, resiente la carga de su presencia, sufre cuando cae bajo su influencia, y anhela liberarse completamente de el. El pecado ya no le place; se ha convertido en algo horrible y que odia. Sin embargo, no puede eliminar su presencia dentro de el.
 
Si dijese que en él no hay pecado estaría mintiendo (1 Juan 1:8). Pero sí puede decir que odia el pecado y que el mayor deseo de su alma es no cometer pecado en absoluto. No puede evitar tener malos pensamientos, omisiones y defectos tanto en sus palabras como en sus acciones. El sabe que “en muchas cosas ofendemos” (Santiago 3:2). Pero puede decir con certeza, delante de Dios, que estas cosas le ocasionan dolor y pena, y que su ser no se complace en ellas. Que diría el apóstol de usted? Ha nacido usted de nuevo?
 
2.       Cree en Cristo
En segundo lugar, San Juan escribió: “Todo aquel que cree que Jesús es el Cristo, es nacido de Dios” (1 Juan 5:1).
 
Un hombre que ha nacido de nuevo, que ha sido convertido, cree que Jesucristo es el único Salvador que puede perdonar su alma, que El es la persona divina designada por Dios Padre para dicho propósito, y que fuera de El no hay salvación alguna. En sí mismo no encuentra valor alguno. Pero tiene confianza plena en Cristo, en que todos sus pecados le han sido perdonados. Puesto que ha aceptado la obra completa y muerte de Cristo en la cruz, el cree que es considerado justo delante de Dios, y puede esperar la muerte y el juicio final sin miedo.
 
Podrá tener temores y dudas. Inclusive decir que a veces siente como si no tuviera fe en absoluto. Pero pregúntele si está dispuesto a confiar en cualquier cosa o persona en vez de Cristo, y verá lo que le responderá. Pregúntele si depositaría su esperanza de vida eterna en su propia bondad, sus propias obras, sus oraciones, su guía espiritual, o su iglesia, y escuche su respuesta. Que diría el apóstol de usted? Ha nacido usted de nuevo?
 
 
3.       Hace justicia
En tercer lugar, Juan escribió: “Todo el que hace justicia es nacido de El” (1 Juan 2:29).
 
El hombre que ha nacido de nuevo, o se ha regenerado, es un hombre santo. El busca vivir acorde a la voluntad de Dios, hacer las cosas que agradan a Dios y evitar aquellas que Dios aborrece. El desea mirar continuamente a Cristo como ejemplo a seguir y como su Salvador, y demostrar ser su amigo guardando sus mandamientos. El sabe que no es perfecto. Es consciente de su corrupción inherente. Percibe un principio de maldad dentro de si mismo que lucha constantemente por separarle de la gracia de Dios. Pero el no lo consiente, aunque no puede prevenir su presencia.
 
Aunque a veces puede sentirse tan despreciable al punto de cuestionarse si en verdad es cristiano o no, aun así será capaz de decir, como John Newton, “no soy lo que debería ser, no soy lo que quiero ser, no soy lo que espero ser en otro mundo; pero aun así no soy lo que fui alguna vez, y por gracia de Dios soy lo que soy”. Que diría el apóstol de usted? Ha nacido usted de nuevo?
 
4.       Ama a otros cristianos
En cuarto lugar, Juan escribió: “Nosotros sabemos que hemos pasado de muerte a vida en que amamos a los hermanos” (1 Juan 3:14).
 
Un hombre que ha nacido de nuevo tiene un amor especial por todos los discípulos verdaderos de Cristo. Ama a todos los seres humanos con gran amor general, pero tiene un amor especial por quienes comparten su fe en Cristo. Al igual que su Señor y Salvador, el ama a los peores pecadores y se aflige por ellos; pero el siente un amor peculiar por aquellos que son creyentes. Nunca se siente tanto en casa como cuando se encuentra en su compañía.
 
El los considera a todos como miembros de una misma familia. Son sus compañeros de batalla, luchando contra el mismo enemigo. Son sus compañeros de viaje, marchando a lo largo del mismo camino. El los comprende, y ellos lo comprenden. Podrían ser muy diferentes a el en muchos sentidos - en rango, en riqueza. Pero eso no importa. Ellos son hijos e hijas de su Padre y el no puede evitar amarlos. Que diría el apóstol de usted? Ha nacido usted de nuevo?
 
 
5.       Vence al mundo
En quinto lugar, Juan escribió: “Todo lo que es nacido de Dios vence al mundo” (1 Juan 5:4).
 
Un hombre que ha nacido de nuevo es cuidadoso de su propia alma. No solo intenta evitar el pecado sino también todo aquello que pueda conducirle a el. Es cuidadoso respecto a quienes le acompañan. El sabe que la comunicación perversa corrompe el corazón y que la maldad atrae más que la bondad, así como la enfermedad es más contagiosa que la salud. Es cuidadoso sobre el empleo de su tiempo; su principal deseo es usarlo en forma provechosa.
 
El desea vivir como un soldado en país enemigo - portando su armadura en forma continua y siempre preparado para las tentaciones. Es diligente siendo un hombre de oración, vigilante y humilde. Que diría el apóstol de usted? Ha nacido usted de nuevo?
 
 
La Prueba
Estas son las cinco características principales de un cristiano que ha nacido de nuevo.
 
La notoriedad de las mismas es muy variable entre diferentes personas. En algunas apenas son perceptibles. En otras son muy marcadas, inequívocas, de tal manera que todos pueden percatarse de ellas. Algunas de estas características sobresalen más que otras en diferentes individuos. Es raro que sean igualmente evidentes en cualquier persona.
 
Pero aun después de tomar en cuenta posibles diferencias, tenemos aquí cinco aspectos que marcan a un sujeto que ha nacido de Dios.
 
Como debemos reaccionar ante estas cuestiones? Lógicamente solo podemos concluir una cosa - sólo aquellos que han nacido de nuevo muestran estas cinco características, y quienes no las tienen no han nacido de nuevo. Esta es la conclusión a la cual el apóstol nos quiere hacer llegar. Posee usted estas características? Ha nacido usted de nuevo?.(J. C. Ryle)